19 km
570 m
7 horas
Media

Esta vez no queríamos que la lluvia que estaba prevista nos dejara en casa, y salimos a disfrutar del campo con chubasqueros y paraguas. Y sí que llovió, más de lo que esperábamos, y hasta tuvimos en algún momento niebla y granizo; lo que también añadió encanto al musgo en las rocas, a los árboles y a los caminos.

Hicimos la ruta que teníamos prevista. Desde Guevejar subimos a la Peña de Bartolo, dónde hubo un Castillejo que protegía la Alquería de Nívar y en donde hicimos una breve parada para ver las tumbas excavadas en la roca que aún se conservan. Después de atravesar Nívar, tomamos el camino de la acequia que conduce a su fuente-nacimiento. Allí, aprovechando que hay algunas mesas, hicimos nuestra parada de la fruta, tranquilamente y sin lluvia. Continuamos por la pista que conduce al cortijo de Cadialfaquí y, poco antes de llegar, nos desviamos para adentrarnos en el bosquecillo de la ladera norte de la Sierra de la Yedra, uno de los tramos más bonitos de la excursión.

Como la lluvia no parecía dispuesta a darnos una tregua, no hicimos la parada del almuerzo, y continuamos hasta llegar a uno de los bares de Guevejar dónde nuestros bocadillos estuvieron buenísimos acompañados de cervezas, tapas, postre o café.

Y al final, como siempre, nos fuimos a casa contentos por haber compartido con los buenos amigos lo que tanto nos gusta.

Ángeles.

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