Salida domingo 19 de enero. Ítrabo-La Gindalera-Picacho de Ítrabo
Este domingo nos vamos a la costa tropical para hacer una bonita ruta que nos llevará a los dos picos más altos de la Sierra del Chaparral, la Gindalera y el Picacho de Ítrabo.
Comienzo diciendo que hasta ayer había una previsión de 30 litros de lluvias para el domingo que sorprendentemente se ha disipado esta noche. De todas formas, estad pendientes del correo, por si acaso las lluvias volvieran y hubiera que pasar la ruta al sábado o cambiar el plan. Si no decimos nada es que la ruta se mantiene el domingo.
La ruta andando comienza en un amplio aparcamiento que hay en la parte baja de la población de Ítrabo, donde dejaremos nuestros coches.
Partimos de una cota de 365 m sobre el nivel del mar y después de cruzar todo el pueblo,-comienza la pendiente-, nos dirigimos por el camino del polideportivo donde se dan huertos familiares y cultivos subtropicales predominando los aguacates, chirimoyos y nísperos. La pista que recorreremos es amplia, aunque de cemento y tiene una pendiente acusada, pero sin embargo comenzaremos a disfrutar de bellas vistas del Barranco del río Nacimiento y de la propia localidad.
A los 2km y medio de nuestra salida, ya nos encontraremos con el camino de tierra,-más agradable a nuestros pies-, que al poco nos llevará al Área Recreativa del Nacimiento, donde el agua fresca de su fuente y la vegetación invitan a recrearse.
Después de beber agua, nos bifurcaremos por un sendero a la izquierda con una fuerte pendiente que se suavizará al kilómetro y medio, para dejarnos admirar el paisaje costero que se abre a nuestras espaldas, y así acabar encaramándonos a un bonito sendero de subida que ya no abandonaremos hasta llegar al collado y a su cota de 970 m.
Pasado el collado nos uniremos al camino de tierra que viene de Lentegí y que en nuestra bajada hacia los cortijos de la Gindalera y Jurite nos mostrará la Sierra de los Guajares y su emblemático pico de La Giralda, así como la parte sur de Sierra Nevada para que nos deleitemos con la vista del Caballo, el Tajo de los Machos y al fondo el Mulhacén.
Por este camino discurriremos hasta llegar a pico de la Gindalera, atravesando campos de viñedos (algunos de los cuales forman parte de las famosas bogedas Calvente) y almendros que esperemos que ya estén en flor, así como castaños en la parte alta y cercanías de vértice geodésico de la Gindalera (1.073 m).
Desde este punto volveremos sobre nuestros pasos para llegar al collado desde el cual, siguiendo el cordel de la Sierra, podremos subir al otro pico de esta ruta, el Picacho de Ítrabo (1.179 m) desde donde tendremos un espectáculo de 360 º. Haremos lo posible por encargar un día claro y sin neblinas.
De todas formas la subida a este pico dependerá del tiempo y las ganas. Lo decidiremos allí sobre la marcha.
Una vez subyugados todos nuestros sentidos por tanto disfrute y deleite, y ya con nuestro estómago satisfecho, nos decidiremos a bajar hacia Ítrabo, primero por el mismo sendero de llegada al collado, para al poco coger otro sendero recién desbrozado y en buen estado de conservación, con el cuadro del mar mediterráneo ante nuestros agradecidos ojos.
El final antes de llegar otra vez al Nacimiento, es un sendero en zig-zag abandonado, con altas plantas de romero, enebro y algo de aulagas que requerirá de algo de cuidado para no tropezar.
En resumen, una maravillosa ruta por la Sierra del Chaparral y la Gindalera que hará las delicias de todo aquel que quiera acompañarnos este próximo domingo.
Ruta; Ítrabo-Fuente del Nacimiento-La Gindalera-Picacho de Ítrabo
Longitud: 17-19 km.
Desnivel: 900 m.
Duración: 6-6.30 horas.
Dificultad: Media-alta.
La ruta la califico de Media-Alta, sobre todo por el desnivel acumulado, 900 m, las acusadas pendientes de algunos tramos y el sendero con piedra suelta.
Para lo cual, aconsejo botas, bastones (si se tiene costumbre de usarlos), ropa de abrigo para las partes altas y chubasquero por si nos hiciera falta. Comida, agua y muchas ganas de disfrutar.
Yo como siempre llevaré mi frasca de aceite fresco para regar convenientemente nuestros bocatas.
Ramón